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    Reyno de Chile
La historia inventada
   

 

    CRÓNICA DEL REINO DE CHILE
por Pedro Mariño de Lobera
   

Capítulo VIII
De la partida del capitán don Pedro de Valdivia del reino del Perú
para el de Chile por el largo despoblado de Atacama

Después de haber sucedido muchos desastres en el Perú ocasionados de la vuelta que don Diego de Almagro dio a aquel reino desamparando al de Chile, entre los cuales fué la muerte del mismo Adelantado, hallándose a esta sazón en el mismo reino un soldado de capa y espada llamado Pedro Valdivia, hombre de suerte, y que había servido a su majestad del emperador Carlos V en Italia, con cargo de alférez de una compañía y pasado al Perú por su maestre de campo, le pareció buena ocasión la que se ofrecía para acometer alguna grande ......de su ánimo generoso. Y deseando ......en razón desto la segunda conquista de las provincias de Chile, comunicó su intento con el marqués don Francisco Pizarro, gobernador del Perú, y habida u licencia salió a esta jornada el año 1540 en el mes de octubre con poca gente española, que convocó a la primera instancia. Pero cuando iba caminando por las provincias de Arica y Tarapacá se le iban allegando algunos más soldados, y entre ellos un capitán llamado Francisco de Villagrán, que salía con algunos soldados desbaratados de la entrada de una provincia de indios llamada los Chunchos, que hasta hoy están por conquistar, donde habían muerto otros muchos de hombre y trabajos del camino.

También se le allegó otro capitán llamado Francisco de Aguirre con obra de veinte hombres españoles para ir con él a la conquista, y habiéndose congregado un razonable número de soldados, que serían hasta ciento y sesenta, gente muy granada, y los más dellos de a caballo, hizo lista de todos ellos, entre los cuales eran los más señalados Alonso de Monroy, natural de Salamanca; Francisco de Aguirre, de Talavera de la Reina; Jerónimo de Alderete, natural de Olmedo; Rodrigo de Quiroga, natural de Monforte de Lemos, en Galicia; Gil González, de Avila; Pedro de Villagrán, de Colmenar de Arenas; el Padre don Rodrigo González, natural de Constantina, hermano del deán que entonces era de Sevilla. y otras muchas personas nobles y aptas para el fin de su pretensión.

 
 
Expedición de Pedro de Valdivia [1540]. Ruta seguida desde Cuzco, atravesando el desierto de Atacama hasta el valle de Copiapó y los ríos Aconcagua, Maipo y su afluente el Río Mapocho, en cuyas orillas fundó en 1541 la ciudad de Santiago de la Nueva Extremadura, actual Santiago de Chile, capital del país.
 

 
 

Y aunque por ser la gente tan poca para meterse entre tanta inmensidad de bárbaros tan fuertes y belicosos, parecía temeridad acometer este asunto; con todo eso era el capitán tan animoso que atropellando dificultades fué en prosecución de su camino animando a los suyos, y allanándoles el paso como si fueran por tierras propias suyas, y llegado al valle de Atacarna tomaron bastimentos en abundancia para sustentarse en el largo despoblado de que hemos hecho mención arriba, cuya travesía es de ciento, y veinte leguas, donde pasaron trabajos excesivos, por ser muy estéril y sin género de hierba ni agua, ni otro pasto para los caballos, y así perecieron en él algunos y muchas más personas de servicio, así indios como negros. Son tan ásperos y fríos los vientos de los más lugares deste despoblado, que acontece arrimarse el caminante a una pena y quedarse helado y yerto en pie por muchos años, que parece estar vivo, y así se saca de aquí carne momia en abundancia. De estos cuerpos muertos iban topando en mucho número a cada paso arrimados a riscos y barrancas, tanto que sirven de señales del camino para no poder perderse, estando todos tan frescos que parecen recién muertos, siendo de más de trescientos años según la relación que dan los indios, de entre los cuales salieron los que así se helaron en el camino. Las pocas aguas que fuera de la lluvia hay en estos desiertos son tan inútiles que, o están en jagüeyes a doce y trece leguas, o en algunos pocos manantiales donde corren clarísimas acequias de agua que convidan tanto con su transparencia, que se abalanzan a ella los que llegan sedientos, conociendo por experiencia cuánta verdad sea que el deleite tiene la apariencia amena, dejando al gusta amargo más que acíbar. Ni es menos inútil el agua de un hermoso río deste despoblado, que siendo tan grata al aspecto como la pasada, apenas se ha tomado en la mano, cuando está vuelta en sal cuajada, de la cual sólo son sus riberas sin otra cosa. Sólo un río hay para consuelo de los pasajeros, de tal condición que a ciertas horas del día viene de monte a monte, y cuando se le antoja se seca de repente al mejor tiempo, por lo cual le llaman los indios ancha llulla, que quiere decir río mentiroso. Algunos dicen que este río se origina de un grande lago que está en lo más alto de la cordillera, el cual crece y mengua como la mar a las mismas horas que ella, y así redundan en el arroyo las variedades de su principio. No dejaré de decir cómo estando el ejército en cierto paraje a punto de perecer por falta de agua, congojándose una señora que iba con el general llamada doña Inés Juárez, natural de Plasencia y casada en Málaga, mujer de mucha cristiandad y edificación de nuestros soldados, mandó a un indio cavarla tierra en el asiento donde ella estaba, y habiendo ahondado cosa de una vara salió al punto agua tan en abundancia, que todo el ejército se satisfizo, dando gracias a Dios por tal misericordia. Y no paró en esto su magnificencia, porque hasta hoy conserva el manantial para toda gente la cual testifica ser el agua de la mejor que han bebido la del jagüey de doña Inés, que así se le quedó por nombre. Con estas y otras dificultades y trabajos casi increíbles llegaron los españoles a Copiapó, que es la primera tierra poblada de las de Chile, donde no solamente los hombres manifestaban extraordinario consuelo con verse ya fuera de tantas calamidades, mas aún también los caballos insinuaban el regocijo que sentían con los relinchos, lozanía y bríos que mostraban como si reconocieran el término de los trabajos y lugar...... Tomó aquel día posesión de la tierra el general Valdivia en nombre de su majestad haciendo a los naturales una larga plática así acerca de este intento, como del principal, que era el continuarles la predicación del Santo Evangelio e instrucción en la vida cristiana comenzada por don Diego de Almagro, según en la primera parte desta historia queda referido. Para lo cual se subió en una huaca, que solía ser lugar de oráculos del demonio, y allí mandó se pusiese una cruz grande bien labrada, ante la cual se puso de rodillas con todos los suyos, adorándola humildemente y convidando a los indios a hacer lo mismo, como lo hicieron. Y finalmente creó por escribano a Luis de Cartagena, que a vista de todos escribió la posesión del reino sujetándola a la corona real de Castilla, y poniéndole por nombre la Nueva Extremadura. fué grande entonces el regocijo de todos, pareciéndoles que los habría Dios traído a tierra de promisión como a su pueblo ......dándoles ......en él con ......milagros.

 

Crónica del Reino de Chile
escrita por el capitán Pedro Mariño de Lobera....
reducido a nuevo método y estilo por el Padre Bartolomé de Escobar

 
 
 
   

HISTORIA DE TODAS LAS COSAS QUE HAN ACAECIDO EN EL REINO DE CHILE
Y DE LOS QUE LO HAN GOBERNADO
[1536-1575]
por Alonso de Góngora Marmolejo

     
   

III. DE CÓMO PEDRO DE VALDIVIA SALIÓ DEL PERÚ A LA CONQUISTA DE CHILE POR TIERRA:
Y LA CAUSA QUE A ELLO LE MOVIÓ


Después que don Diego de Almagro llegó al Perú, como hemos dicho, se movieron diferencias y discordias entre él y el marqués Francisco Pizarro sobre la partición de aquel reino, como hombres que de conformidad y compañía lo habían descubierto y poblado. Vino en tanto rompimiento, que los amigos de Francisco Pizarro mataron a don Diego de Almagro; el cómo y de la manera que fue no estoy obligado a escribirlo, pues no lo tomé a mi cargo sino las cosas y casos de guerra que han acaecido en este reino de Chile.

Entre los que más prenda metieron fue Pedro de Valdivia a quien Francisco Pizarro había dado cargo de maestro de campo, así por ser de su tierra de Extremadura como por tener práctica de guerra de cristianos, la cual había adquirido y seguido en tiempo del marqués de Pescara en la compañía del capitán Herrera, natural de Valladolid, sobre la diferencia y competencia que se tuvo con el rey Francisco de Francia sobre el Estado de Milán. Y así, después de sosegadas las discordias del Perú, pareciéndole a Valdivia, aunque Francisco Pizarro le diese de comer como en efecto se lo daba, no había de ser más de un vecino particular, como hombre que tenía los pensamientos grandes, hallando aparejo para que hubiese efecto su pretensión por la obligación en que le había puesto, trató con Francisco Pizarro, que como su capitán y en nombre suyo le enviase con gente a poblar la tierra de Chile; entendiendo que puesto en ella cualquiera que al Perú viniese le conformaría el gobierno de aquel reino, o todo faltando, lo negociaría con su Majestad. Francisco Pizarro le quiso pagar y agradecer lo que había servido en el Perú; pues lo que le pedía no era cosa que a él paraba perjuicio, antes acrecentaba su imperio, le respondió y dijo: que se holgaba dalle contento en todo lo que él quisiere. Concertados de esta manera, le dió comisión para que como su capitán hiciese gente y se fuese cuando quisiese.

Valdivia juntó en breves días ciento y setenta hombres bien aderezado, pertrechados de armas y otras cosas convenientes para la impresa que traía. Se puso en camino y proveyéndose de ganados y yeguas para la ampliación de la tierra, y prosiguiendo su jornada llegó al valle de Atacama, que es a la entrada del despoblado, y deteniéndose allí algunos días para proveerse de matalotaje con que pasar aquellas ochenta leguas de arenales, un soldado de poco ánimo arrepintiéndose de haber venido en aquella jornada, comenzó a tratar de secreto con otros amigos que tenía se volviesen al Perú, pues estaban tan a la puerta de él. Esta plática Valdivia la vino a saber, e informado de la verdad, lo mandó luego ahorcar; y hablando a los demás no derribasen sus ánimos, sino que tuviesen constancia, y pues llevaban una empresa tan principal donde todos serían remediados, no se aniquilase ninguno en hacer semejante torpeza.

Después de haberse proveído de bastimento para el camino, entró por el despoblado sin acaecerle cosa que notable fuese; llegó al valle de Copiapó y desde allí, prosiguiendo su camino, reconociendo la tierra y la disposición que tenía, entró en el valle y llano de Mapocho, acariciando los principales que de camino le salían a ver, buscando dónde hacer asiento y poblar para desde allí descubrir y visitar la provincia; y siendo informado que en ninguna otra parte hallaría tan buen sitio como en donde estaba después de haber visto lo demás, pareciéndole ser lo mejor, hizo asiento y pobló donde agora es Santiago.

Luego trazó la ciudad y repartió solares en que hiciesen casas algunos caballeros que consigo llevaba y otros soldados de menor condición, dándoles indios a todos los más, conforme a la posibilidad de la tierra. Estando ocupado en dar traza y buena orden, así en lo presente como en lo de adelante, acaeció lo que muchas veces se ve en semejantes jornadas, que algunos soldados, amigos de novedades, intentaron y comenzaron a tratar con otros de su condición, palabras que provocaban a alboroto y motín, diciendo: que habían venido engañados a mala tierra; que mejor les sería volverse al Perú, que no estar esperando cosa incierta, pues no veían muestra de riqueza encima de la tierra, y que no era cosa justa a hombres de bien, por hacer señor a Valdivia, pasar ellos tantos trabajos y necesidades como por delante tenían. A esta plática tomó la mano un caballero de Córdoba que se llamaba don Martín de Solier, tratando con un Pastrana de Sevilla y con otros, que Valdivia era un soldado codicioso de mando y que por mandar había aborrecido al Perú, donde el marqués le daba de comer y no lo había querido, y que agora que los tenía dentro en Chile era cierto serían forzados a todo lo que quisiese hacer de ellos sin ser parte para volverse, y que era de hombres cuerdos y prudentes mirar con tiempo lo de adelante y repararlo, antes que queriendo no pudiesen; y que aunque les había dicho que lo haría muy bien con todos, le tenían por hombre de fe incierta y después haría a su voluntad como le pareciese.

Estas cosas que se andaban tratando no pudieron ser tan secretas que Valdivia no lo viniese a saber, y hecha bien la información halló que era necesario hacer castigo de ellos; porque habiéndoles dado la pena que la guerra en tal caso por sus leyes determina, los demás quedarían quitados de semejantes liviandades, no sólo para no ejecutarlas, mas ni aun para tratarlas; y así los mandó prender, y porque no le rogasen ni importunasen por su salud, mandó a Luis de Toledo, alguacil mayor del campo, que luego los ahorcase y con ellos a otros cuantos que eran culpables, y mandó luego juntar todo el campo, donde les hizo una oración a costumbre de guerra, los dejó y quedaron todos sosegados. Allí les amonestó se apartasen de semejantes tratos y pláticas tan dañosas, pues de ellas no podían resultar menos que semejantes castigos. Quedó Valdivia con este castigo que hizo tan temido y reputado por hombre de guerra, que todos en general y en particular tenían cuenta en darle contento y servirle en todo lo que quería, y así por esta orden tuvieron de allí adelante.

 
 
 
 
    Otros capítulos de la Historia de Chile según Alonso de Góngora Marmolejo relacionados con pedro de Valdivia son:
   

IV. de cómo Pedro de Valdivia pobló la ciudad de Santiago y los indios vinieron sobre los españoles y lo demás que acaeció. Está poblada la ciudad de Santiago en treinta y tres grados

V. de cómo Pedro de Valdivia envió al perú al capitán Alonso de Monroy por gente y de lo que sucedió

VI. de las cosas que hizo Valdivia después que llegó el capitán Alonso de Monroy a Santiago

VII. de las cosas que acaecieron en chile después que Valdivia salió del reino

VIII. de las cosas que hizo Villagra después que quedó por capitán de Valdivia, y de la muerte de Pedro Sancho

IX. de cómo volviendo Valdivia a Chile por gobernador, el capitán Pedro de Hinojosa le volvió preso del camino por orden del presidente Gasca

X. de cómo Valdivia salió de santiago a conquistar la tierra de Arauco y de la batalla que los indios le dieron en el valle de Andalien

XI. de cómo Valdivia pobló la ciudad de la Concepción y de cómo los indios vinieron a pelear con él y los desbarató. está esta ciudad poblada en treinta grados y medio

XII. de cómo Valdivia mandó a Jerónimo de Alderete fuese a descubrir la provincia de Arauco, y cómo Valdivia pobló la ciudad imperial en 38 grados

XIII. de cómo Valdivia salió de la Concepción para ir a poblar la ciudad de Valdivia y ciudad Rica y de lo que le acaeció a Francisco de Villagra en el Perú hasta que vino a Chile

XIV. de cómo se le alzó la tierra a Valdivia y la causa que para ello hubo; y de cómo saliendo a la pacificación le dieron los indios una gran batalla en que lo mataron a él y cuantos con él iban

XV. de las cosas que acaecieron en Chile después de la muerte de Valdivia

Historia de Todas las Cosas que han Acaecido en el Reino de Chile
y de los que lo han gobernado [1536-1575]

por Alonso de Góngora Marmolejo
Precedida de dos estudios preliminares por:
Alamiro de Ávila Martel y Lucía Invernizzi Santa Cruz [2001]

 
 
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