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Asteroide P/2010 A2 - avistado el 29 de enero de 2010. NASA [+]

EL ÚLTIMO GRAN BOMBARDEO METEORÍTICO
PROMOVIÓ LA VIDA EN LA TIERRA

Meteorito Sikhote-Alin. Meteorito de hierro caído en Rusia en el año 1947 sobre las montañas Sik-hote-Alin. En el momento de entrada en la atmós-fera el meteorito viajaba a una velocidad de 14 km/s y comenzó a rom-perse en fragmentos, desencadenando la lluvia de meteoritos. A una altitud de 5,6 km la masa más grande rompió en una violenta explosión. Esta lluvia de meteoritos fue la más grande de la historia reciente. El gran estruendo se pudo detec-tar en un radio de 300 km a la redonda. Una estela de humo de aproxima-damente 32 kilómetros permaneció en el cielo durante varias horas. Fuente:esacademic.com [+]

Noticias de la Ciencia y la Tecnología [NC&T]

Cuando un meteorito entra en la atmósfera de un planeta, el calor extremo hace que algunos de los minerales y materiales orgánicos en su corteza exterior sean liberados como agua y dióxido de carbono antes de chocar contra la superficie.

Los investigadores sugieren que esta aportación de agua pudo haber hecho más húmedas a las atmósferas de la Tierra y de Marte. La descarga del dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero, pudo haber atrapado más energía de la luz del Sol para hacer a la Tierra y a Marte lo bastante calientes como para sustentar océanos líquidos.

En el nuevo estudio, unos investigadores del Imperial College de Londres analizaron, mediante una sofisticada técnica, los vestigios remanentes de minerales y de contenidos orgánicos de quince fragmentos de meteoritos antiguos caídos en diversas partes del mundo, para calcular cuánto vapor de agua y dióxido de carbono habrían liberado en su caída a través de la atmósfera terrestre, sometidos a las muy altas temperaturas que se experimentan durante esa travesía atmosférica.

Se comprobó que, por término medio, cada meteorito era capaz de liberar hasta el 12 por ciento de su masa como vapor de agua, y el 6 por ciento como dióxido de carbono, al entrar en una atmósfera.

Los investigadores llegaron a la conclusión de que las contribuciones hechas por caídas convencionales de meteoritos fueron pequeñas y que por tanto es improbable que tales meteoritos tuvieran por sí mismos una influencia significativa sobre las atmósferas de los planetas.

Los investigadores analizaron entonces los datos de una antigua lluvia colosal de meteoritos conocida como el Último Gran Bombardeo, que se produjo hace alrededor de 4.000 millones de años, durando unos 20 millones de años, y durante la cual numerosísimas rocas chocaron contra la Tierra y Marte.

Usando modelos publicados sobre las tasas de impacto de meteoritos durante el Último Gran Bombardeo, los investigadores calcularon que unos 10.000 millones de toneladas de dióxido de carbono y unos 10.000 millones de toneladas de vapor de agua se pudieron inyectar en las atmósferas de la Tierra y Marte cada año.

Esto sugiere que el Último Gran Bombardeo pudo liberar suficiente dióxido de carbono y vapor de agua como para volver más cálidas y húmedas las atmósferas de los dos planetas, y, por lo tanto, hacer que fueran más favorables para la vida.


Fuente:
El último gran bombardeo meteorítico promovió la vida en la Tierra (NC&T)
Solo Ciencia.El Portal de la Ciencia y la Tecnologia en Españo
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